BLOG: La vieja de historia

Otra forma de entrar al mundo del ballet

El fracaso original de El Cascanueces (primera parte)

Antonietta Dell’Era como el Hada de azúcar y Pavel Gerdt como el Príncipe Coqueluche. Reparto original del ballet. 1892

Por Prof. Mag. Lucía Chilibroste

Hoy en día parece que no puede llegar la navidad si bailarse El Cascanueces. Existe una Cascanuecesmanía según la cual la mayoría de las compañías del mundo quieren tener y bailar SU cascanueces. Y uno puede pensar que esa asociación directa entre la obra y el ballet tiene toda la lógica del mundo, ya que es un ballet que trata precisamente sobre la navidad, aunque sin ninguna mención religiosa. Sin embargo cuando la obra se estrenó fue un fracaso total. Y fue recién en la segunda mitad del siglo XX, mas de 60 años después del estreno, que el ballet se convirtió en un best seller navideño. Pero… ¿Cómo surgió este ballet? ¿Por qué fue un fracaso? ¿Y cuándo y por qué paso a ser un éxito? Eas preguntas trataremos de responder en estas dos notas sobre El Cascanueces.

 

Origen del ballet

El ballet surgió en la Rusia imperial del zar Alejandro III (padre de Nicolas II, el último zar)  a tan sólo13 años antes del domingo sangriento y 25 años antes de la Revolución Rusa. En una Rusia autocrática, con un poder imperial todo poderoso, pero en una sociedad toda fracturada por dentro. Situación a la que el ballet se mostraba completamente indiferente. Algo que no hacían y que tanto molestaba a otras artes como la literatura o la música y que por eso varios artistas e intelectuales criticaban al ballet[i].

 

      Difícil proceso de creación

Tchaikovski y la música

El ballet era el tercer (y último) ballet de Tchaikovsky (antes había hecho El lago de los cisnes -1877- y La bella durmiente -1890- y al año siguiente del estreno de El Cascanueces, el compositor moría). Y la música , que es clave en el ballet, ya que es probable que sin esa increíble partitura, de la cual muchas de sus partes son facilmente reconocibles para cualquier esucha que nada tenga que ver con el ballet, la obra no hubiera sobrevivido  tuvo un “nacimiento” complejo. Un parto de nalgas se podría decir.

Fue un trabajo que Tchaikovski padeció bastante durante el proceso de composición. Le costó mucho comenzar a trabajar y no estaba pasando un buen momento profesional y personal. Respecto a lo prefesional, cuando recibió el encargo de componer El cascanueces y una ópera, Ioalanta, recientemente se había quitado del repertorio del Mariinsky sin ninguna explicación una de sus óperas favoritas, La reina de espadas. Y para él eso significaba, además del dolor de que no se aceptara su trabajo, la coniencia de que era un símbolo de que estaba perdiendoe el “favor real”. Y naturalmente eso le generaba inseguridad y reparos para ponerse a componer para el mismo teatro que lo había rechazado, así como que no le aprobaran su trabajo[ii]. Además el zar no había ido a ninguna de las funciones de La reina de espadas, algo de lo que Tchaikovsky también tomaba como un desplante y por eso se quejaba.

Le escribe a Vesolovsky diciéndole que siente que con la invitación de El Cascanueces, es como una invitación a una casa en la que él ya estuvo y donde el anfitrión no demostró interés por su presencia. Y que “si el emperador no apoya sus trabajos para el beneficio del teatro, cómo podría yo trabajar con amor, con la tranquilidad necesaria, la amabilidad para la institución que él es el propietario[iii]

Además en lo personal, mientras componía muere su hermana Sascha y sufrió una neuralgia que le inmovilizó por un tiempo el brazo derecho. En sus documentos leemos que él dice que no sabe cómo salir adelante, que el trabajo le produce un gran dolor que lo lleva al insomnio y las lágrimas. Pide una prórroga porque no llega con los tiempos estipulados. Sin dudas Tchaikovski estaba mal.

 

Petipa, Ivanov y la coreografía.

Por si fuera poco la coreografía, que iba a estar a cargo de Marius Petipa (el mayor coreógrafo de la época y autor de la mayoría de las obras que hoy conocemos como ballets clásicos: La bella Durmiente, Don Quijote, La Bayadera), con un poder como el zar dentro del teatro, y en quien Tchaikovsky confiaba (algo que era clave ya que El lago de los cisnes había sido un fracaso por la coreografía). Pero no fue así porque Petipa tras estructurar el guion y comenzar los ensayos de la coreografía, se apartó de este trabajo.

El coreógrafo tampoco estaba pasando por un buen momento. Había fallecido su hija de 15 años tras una dura operación en la que él había estado presente, y su salud se había visto perjudicada. Sin embargo algunos dudan si realmente estaba enfermo o fue la excusa para deslindarse de una obra en la que no creía. El argumento le parecía muy sencillo, le faltaba drama. Además las músicas de Tchaikovsky no eran para nada queridas por los bailarines ni el coreógrafo, ya que les resultaban demasiado sinfónicas y complejas, y eso no se les hacía tan fácil para seguir. Algo que hoy nos parece increíble, ya que los ballets de Tchaikovsky son los más amados, y gran responsabilidad en eso está en la música.

Y en su lugar queda un ex bailarín y coreógfrafo colaborador de los Teatros Imperiales, pero sin demasiado renombre porque Petipa no permitía rivales, Lev Ivanov. Era el segundo maestro a cargo y el único ruso, en un ambiente lleno de extranjeros que era muy poco propicio para dar rienda suelta a su creación. Por lo general solía crear coreografías de un solo acto, las cuales mayoritariamente se presentaban en el teatro Krasnoye – Selo. Pero no un ballet completo y para el Teatro Mariinsky. Ivanov era un desconocido, y aún lo era en 1923 cuando el crítico Akim Volynsky  escribe: “el mundo entero conoce a Tchaikovsky, pero la reputación de Ivanov no va más allá del estrecho círculo de los amantes del ballet clásico[iv].

Además la personalidad de Ivanov era muy particular. … desorganizado, él cuenta en sus memeorias que tenía un carácter debil, que todos se le imponían, que no peleaba … pero con un oído y musicalidad sin igual.

Por si fuera poco, debe de tenerse en cuenta que en El Cascanueces, Ivanov tuvo que crear unas coreografías adaptándose a un ballet que ya estaba estructurado en el libreto y la música. Por lo que debe acatar una estructura previamente definida y quizás fue en la tormenta de los copos de nieve donde tuvo mayor libertad de acción.

En un pricnipio a Tchaikovsky no le gustó nada el cambio, no conocía a Ivanov, y desconfiaba que la coreografía pudiese estropear su múscia. Pero despues quedó chocho. Volynsky cuenta que en su tiempo se decía, que tras el estreno de El Cascanueces Tchaikovsky abrazó al coreógrafo ruso y lo besó fuertemente delante de toda la audiencia. Es que como el crítico señala, “no hay un solo ritmo o melodía en El Cascanueces que no haya fluido en la danza[v].

 

Estreno y el fracaso

El ballet se estrenó el 18 de diciembre de 1892 en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo e inmediatamente la crítica fue muy dura: “Primero que nada, El cascanueces no puede ser llamado un ballet. No cumple con nada de lo que exige un ballet (…)”. [vi]. “Para los bailarines hay muy poco, para el arte, absolutamente nada, y para la suerte de nuestro ballet, este no es más que un pequeño paso en nuestra decadencia” escribía Skalkovsky [vii]..

Pero no todo fue “tirado a la basura”. Algunas danzas se salvaron, como la de los copos de nieve y algunas variaciones como la de la Colombina, interpretada por Olga Preobrazhenskaya y otras del segundo acto, especialmente la de los chinos (o del té), en la que se lució especialmente las acrobacias de Shiraev.

También la música, que fue muy bien recibida, pero no el ballet en su conjunto. Tras el estreno, el ballet no se dejó de bailar, pero por lo general se bailaban algunos fragmentos, no la obra entera, o era más bien bailada por las escuelas.

 

¿Por qué fracasó El Cascanueces?

Bueno… se cree que varios factores incidieron. Por un lado se veía que la historia era muy sencilla. El argumento muy vacío, liviano. No es una historia de amor y siempre eran amores y desamores. Como un cuento para niños, y por si fuera poco, principalmente bailado por niños.

Y esta fue otra de las grandes críticas. Decían que casi que no había danzas y que los protagonistas eran los niños. Éstos solían ser parte de los ballets de los Teatros Imperiales, pero no como papeles principales. Y en este caso cumplían unos roles fundamentales ya que la bailarina principal, que era la que interpretaba el papel de el Hada de azúcar sólo hacía un pas de deux, y después de la media noche.

Y hay un elemento que es importante tener en cuenta. La misma noche que se estrenó El Cascanueces, antes del ballet Tchaikovsky estrenó una ópera, Iolanta. Por lo que cuando llegó el ballet, ya el público había visto una ópera. Y cuando Antonietta Dell'Era bailó el Hada de azúcar, ya era pasada la medianoche. Se ve que el público estaría cansado. Y para colmo, se criticó que Dell´Era, gran bailarina italiana conocida por su gran técnica (la llamaban “la Goiat de la técnica”), no era el tipo de bailarina que iba con ese ballet. Se la veía como tosca y pesada.

Además algunas escenas como la batalla de los ratones había sido un caos y no se había entendido el argumento, aunque como se señaló, algunas danzas sí se salvaron. Y Jennifer Fisher señala que para los rusos, esa idea de festividad no estaba tan asociada a la Navidad, aqunque sí tal vez a la pascua.

 

Por Prof. Mag. Lucía Chilibroste

 

 

 

[i] Ver Tim School; “From Petipa to Balanchine”; p. 14

[ii] En este preceso de duda ee escribie al director de los Teatros Imperiales, Ivan Vesolvsky que necesita una explicación de por qué se quitó su ópera y que no puede, con la calma necesaria aceptar el encargo de un trabajo “en el mismo teatro y un directorio para el cual mi mejor y más amada composición sufrió es miserable e injusta suerte”

[iii] John Wiley; “Tchaikovsky” p.355

[iv] Akim Volynsky; Ballet’s Magic Kingdom. Selected Writings on Dance in Russia,1911–1925.

[v] Ballet’s Magic Kingdom. Selected Writings on Dance in Russia,1911–1925. Akim Volynsky

[vi] Birzhevye vedomosti (8 Dec 1892, tener en cuenta la diferencia de calendarios). Tomado de Fisher, Jennifer, “Nutcraker Nation”; p. 12

[vii] Skalkovsky, en Nadine Meiner; “Marius Petipa. The Emperor´s Ballet Master”; p. 232

 

 

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